El baloncesto y su juego en equipo suelen propiciar el agradecimiento y deportividad continuos entre los jugadores.
Las palmadas, la mirada cómplice, las palabras de aliento y de agradecimiento, el índice que señala y reconoce la labor del jugador que ha permitido conseguir una acción positiva… pero también la mano que ayuda a levantarse al compañero… o al rival, son gestos habituales en una cancha de baloncesto.
Cuando se suceden los aciertos y el buen juego, ser generosos es fácil. El ánimo sale sólo. Pero cuando los errores y el cansancio acechan, es cuando más falta hace ese apoyo de compañeros y público.
La generosidad y el aplauso hacia los demás no son fáciles, pero son una de las claves del trabajo en equipo. Los jugadores tienen que saber ser agradecidos para reconocer el buen trabajo, el esfuerzo, y la generosidad de sus compañeros. A veces, los jóvenes deportistas no son todo lo generosos que deberían, y aquí tienen un video con algunos ejemplos de buen juego unido a ese buen rollo y reconocimiento entre compañeros que caracteriza nuestro deporte: